miércoles, 6 de febrero de 2008

la vida es sueño

Como me he pasado prácticamente todo el día trabajando y haciendo deberes no me ha pasado nada interesante. Así que para evitar contaros mi aburrido día por secciones, voy a hacer memoria e intendad contar lo que soñé anoche.



Hace un par de noches no podía conciliar el sueño porque mi vecina de abajo estaba haciéndonos a todos partícipes de su don para cantar. Esta mañana ha pasado algo parecido, lo que no sé es si verdaderamente estaba cantando a eso de las 8 de la mañana y con ello interrumpiendo mi sueño o si mi subsconciente había rescatado aquella voz para torturarme mis últimas horas de sueño. Creo que todo estaba pasando realmente porque recuerdo abrir los ojos y comprobar que hacía poco que había amanecido y también recuerdo como esa voz se metía en los sueños que estoy intentando recordar.

Normalmente mis sueños son muy divertidos de contar, porque la mayoría de las veces sueño con gente o cosas que conozco, que forma parte de mi vida cotidiana pero en situaciones bastante absurdas o irreales. Por ejemplo la semana pasada soñé que dos de mis mejores amigas del instituto me confesaban que eran lesbianas y que una de ellas estaba liada con la hermana de la otra. Hace dos semanas soñaba que le contaba a alguien a la que acababa de conocer que tenía dos hermanos, uno de 18 que existe y otra que acababa de cumplir 13 (que no existe). En el sueño me sorprendía a mi misma contándole a mi interlocutora que habia sido consciente por primera vez en ese momento de que somos familia numerosa en casa, que nunca antes me había planteado.

Sigo sin saber que soñé anoche, solo recuerdo que estaba en un parque y que estaba de vacaciones que todo era cálido y que podría ser veraño u otoño. No recuerdo muy bien que más pasó porque dormí profundamente. Me acosté a las 12 de la noche y no me desperté hasta que la voz esta me pertubó a eso de las 8. Dicen que cuando el sueño es profundo no se recuerda, pero siempre se sueña algo.

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